Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y
libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón de otro, que no
es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Eres
consciente de que hay respuestas que quizá deban cambiarse. A veces es
preciso partir para volver a encontrar el camino.
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